Recuerdo
de niño esas películas de pistoleros como, érase una vez en el oeste, Fuerte
Apache, Río Grande y tantas otras, donde los indios eran salvajes, a los que el
hombre blanco tenía derecho a aniquilar y robar sus tierras.
Siempre
creí que esto era propio de tiempos muy lejanos, pero nada más lejos de la
realidad, aun hoy se sigue masacrando y robando a los indígenas, especialmente
en la Selva Amazónica.
Tal es
el ejemplo de 170 indígenas que amenazan con suicidarse de manera colectiva
como el último acto de dignidad que les queda. Les han robado, masacrado,
asesinado a sus lideres y han sido sometidos a un cínico proceso judicial.
La comunidad indígena
Guarani-Kaiowá de Mato Grosso do Sul, esta formado por 170 personas, (50
hombres, 50 mujeres y 70 niños).
La comunidad ocupa una parcela de dos hectáreas de
bosque justo al río Hovy desde hace casi un año, después de que unos hombres
armados arrasaran el asentamiento donde vivían anteriormente. Los atacantes dispararon contra los miembros de la comunidad y quemaron
sus cabañas y sus pertenencias.
La comunidad Pyelito Kue/Mbarakay se queja de vivir
en condiciones desesperadas y de recibir amenazas continuas en una situación
que es prácticamente de asedio sin acceso a servicios básicos, como comida,
agua y atención médica.
La comunidad ha reivindicado
sus derechos a sus tierras ancestrales y ha jurado resistir todos los intentos
de expulsión.
Los miembros de la comunidad
enviaron una carta abierta al gobierno y al poder judicial de Brasil en la que
dicen:
“Sabemos que los tribunales
nos expulsarán de las tierras situadas junto al río, pero hemos decidido que no
nos marcharemos. Como pueblo nativo, históricamente indígena, hemos decidido
que nos matarán aquí juntos.”
Amnistía Internacional ha
instado a las autoridades brasileñas a que cumplan sus obligaciones contraídas
en virtud de los acuerdos internacionales y de su Constitución de completar
todas las demarcaciones de tierras pendientes para definir la extensión de los
territorios ocupados tradicionalmente por los pueblos indígenas.
En el estado de Mato Grosso do Sul están algunas de
las zonas indígenas más pequeñas, pobres y densamente pobladas de Brasil.
En él, viven precariamente
alrededor de 60.000 indígenas guaraní kaiowá; el desmoronamiento social ha
desembocado en elevados índices de violencia, suicidios y malnutrición, e
imperan los problemas de salud y las condiciones de vida miserables.
Frustrados por la lentitud
del proceso de demarcación de tierras, los guaraní kaiowá han empezado a
reocupar sus tierras ancestrales, pero son objeto de intimidación y desalojos
violentos.
En noviembre de 2007, el Ministerio de Justicia, el
Ministerio Público federal, la
FUNAI y 23 líderes indígenas firmaron un acuerdo (el Termo de
Ajustamento de Conducta, TAC) por el que la FUNAI se comprometió a
identificar 36 tierras ancestrales guaraní kaiowá —incluidas las de la
comunidad Pyelito Kue/Mbarakay— antes de abril de 2010.
El proceso no se ha
completado aún debido a la falta de recursos y a las impugnaciones judiciales.
Mientras tanto, varias
comunidades guaraní kaiowá han terminado viviendo junto a las carreteras
sufriendo las amenazas de los guardas de seguridad contratados para impedir que
intenten volver a ocupar sus tierras.
El territorio, que ellos
llaman ‘tekoha’,
que significa ‘cementerio ancestral’, ha sido sembrado con grandes plantaciones de caña de azúcar y soja,
y preparado para la cría de ganado.
La corte
federal de Brasil los apremia a marcharse de sus tierras y si no lo hacen tendrán
que pagar una multa de aproximadamente 250 dólares por cada día que permanezcan allí.
Si la orden judicial no
fuera revocada, los indígenas amenazan con darse muerte ante el propio tribunal brasileño, después de lo
cual exigen ser enterrados en su territorio sagrado, a orillas del río Hovy.
Carta de los indios
(traducida)
Carta comunitaria de los Guarani-Kaiowá Pyelito Kue
/ Mbarakay-Iguatemi MS-para el Gobierno y Justicia de Brasil
Nosotros (50 hombres, 50 mujeres y 70 niños)
Guarani-Kaiowá comunidades originarias de tekoha Pyelito kue / Mbrakay,
escribimos esta carta ante nuestra presente situación histórica y la decisión
final del Tribunal Federal de Ashland,
MS, como Caso N º 0000032-87.2012.4.03.6006, el 29 de septiembre de 2012.
La propia acción de la Corte Federal genera
y aumenta la violencia en contra de nuestras vidas, ignorando nuestros derechos
para sobrevivir a la Hovy
río y alrededor de nuestro territorio tradicional Pyelito Kue / Mbarakay.
Entendemos claramente que esta decisión de la Corte Federal es parte de la acción de genocidio y
exterminio de los nativos indígenas, de
Mato Grosso do Sul.
Ya hemos perdido la esperanza de sobrevivir con
dignidad y sin violencia en nuestro antiguo territorio, ya no creemos en la Justicia brasileña.
Hemos evaluado la situación actual y la conclusión
de que todos vamos a morir muy pronto, por no tener la perspectiva de una vida digna y justa,
tanto aquí en la orilla del río tan lejos de aquí. Acampamos aquí a 50 metros del río Hovy
donde ya hubo cuatro muertes, dos por suicidio y dos debido a la paliza y a la
tortura de los pistoleros.
Hemos vivido en el Hovy orilla del río durante más
de un año y sin ninguna ayuda, aislados, rodeados por hombres armados y
resistieron hasta hoy.
En el corazón de nuestro antiguo territorio están
los cementerios de nuestros antepasados, allí están enterrados nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos,
Conscientes de nuestra situación, queremos morir de forma colectiva y ser
enterrados en nuestra tierra.
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