La capacidad de
aprendizaje del humano es lo que lo hace único y superior entre los seres
vivos. Partiendo de este hecho, todas las personas internalizan conocimiento a
lo largo de su ciclo vital, pero no todas responden de la misma forma en la
retención y uso de esta información.
Potenciar el aprendizaje es una de las metas que los
científicos han perseguido por largo tiempo, pero es ahora, cuando
investigadores de la Universidad de
Boston, y de los Laboratorios de Neurociencia
Computacional ATR de Japón, han conseguido estimular al cerebro, con inducción artificial, para
mejorar el rendimiento en diversas tareas visuales.
El procedimiento consiste en aplicar señales de tecnología IRMf en el cerebro, es decir, Imágenes por
Resonancia Magnética Funcional -IRMf-, en el área cerebral que procesa
información visual. Los científicos hicieron varias secuencias con la
tecnología IMRf para inducir un patrón de activación neuronal “artificial” y
descubrieron una mejora en el rendimiento en tareas visuales.
Específicamente
aseguran que el aprendizaje inducido fue posible, porque las señales visuales
activaron patrones neuronales vinculados a lo que se buscaba aprender, logrando
que el sujeto de estudio las procesara, incluso hasta de forma inconsciente,
pues parte de los individuos no conocían el momento en se les aplicaba el
procedimiento.
El
alcance del avance científico se pierde de vista, ya que los investigadores
vaticinan que no solo la inducción artificial potenciará el aprendizaje en el
futuro, sino que el método, con su capacidad de “entrenar el cerebro”, active
la modificación de patrones cerebrales para mejorar el rendimiento atlético o
estimular la recuperación motora, incluso creen viable que pueda ayudar en el
tratamiento de enfermedades mentales.
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